¿Se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo?

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Ayer tuve que rendir un examen parcial en la Universidad para una materia relativamente sencilla de mi carrera, de esas que se supone que uno tiene que cursar sin demasiadas complicaciones.

Sin embargo, y a pesar de que había conseguido un aplazamiento en la fecha del examen, llegué apenas con lo justo y a las corridas a preparar todo el contenido del parcial, debido a que últimamente he tenido unas semanas cargadas de trabajo y otras obligaciones.

Por eso, al salir del examen, cansado y caminando hacia mi casa, me surgió la nefasta pregunta: ¿es posible estudiar y trabajar al mismo tiempo? ¿se puede hacer frente a todas las responsabilidades que implica tener un trabajo de tiempo completo y a la vez terminar una carrera universitaria de alta exigencia?

Cada vez conozco más gente que realiza las dos actividades a la vez. Sabido es que la situación económica general nos obliga a la mayoría de nosotros a tener que pensar en muchas ocasiones en conseguir maneras de generar ingresos por nuestra cuenta.

Ni hablar si ya pasaste la barrera de los 25 y todavía seguís con materias pendientes en la universidad. Esta conyuntura general ha obligado a muchas universidades y facultades a revisar sus esquemas de horarios, permitiendo así que aquellos que trabajan puedan cursar en turnos nocturnos u horarios alternativos. Aún así, se hace difícil.

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Tal vez esta sea una de las claves más importantes por la cual la educación en nuestro país tiene que seguir siendo pública y gratuita: si no te permitieran cierta flexibilidad en el cursado de las materias (llámese atrasarse en la carrera o elegir que materias hacer) sería imposible poder trabajar. Y esto en una universidad privada no se da.

De todas manera, me parece que la situación no es sencilla. ¿Hay muchos casos exitosos de gente que estudie y trabaje? ¿o es un porcentaje muy pequeño? Y cuantas personas hay que ya son padres y aún así lo siguen intentando con los estudios.

Tal vez sea necesario en un futuro no muy lejano algunos cambios en nuestra sociedad, que permitan que aquellos que se esfuerzan por construir una futuro más sólido en sus vidas, sean los que tienen todas las posibilidades al alcance de la mano; y no como a veces nos da la sensación, las aprovechen los que menos se las merecen.

7 Consejos útiles para rendir un exámen final en la Universidad

Si estás estudiando una carrera universitaria o terciaria seguramente más de una vez te has visto frente al cuaderno de apuntes o delante de un gran libro de teoría con la mirada perdida y la mente en blanco, luego de interminables horas y horas de estudio.

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Si, esa temible sensación previa a rendir un examen final y que a todos nos ha tocado vivir en alguna oportunidad: no siempre los finales se preparan con angustia, pero cuando nos cuestan más de lo que se esperaba, se pueden transforman en una verdadera tortura.

Por ello, hoy quería compartir algunos consejos sobre mis experiencias a la hora de rendir un examen final. Si bien en este tema no hay verdades absolutas y cada uno tiene sus «recetas», me parece un buen tema para opinar y compartir vivencias.

Son muchos los estudiantes que se ven desbordados por la responsabilidad de aprobar, y a veces cometen errores infantiles que podrían haber evitado con tan sólo unas palabras de aliento. He aquí mi lista personal, espero que ustedes se animen a compartir la suya:

1. No bajar los brazos NUNCA.

Esto creo que es fundamental. Al igual que en cualquier actividad de nuestra vida diaria, la perseverancia y la motivación juegan un rol importante, me parece que he aprobado más finales por corazón que por estudio. Obviamente, sin estudio no se puede aprobar, pero en este punto lo importante es entender que uno siempre debe conservar una actitud positiva y no dejarse llevar por pensamientos frustrantes. Hasta último momento uno tiene que decirse a si mismo que es posible, que lo logrará.

2. No descartar temas.

Al comenzar a preparar un examen, a veces dejamos de lado algunos temas porque no son tan importantes o «los estudiaremos cuando tengamos tiempo». Pues bien, nunca tenemos tiempo, en consecuencia muchas veces terminamos por descartar algunas unidades porque a último momento no llegamos a leerlas. Lo importante es organizarse bien desde el principio, planificando estudiar todo el contenido. Si lo hacemos así, seguramente encontremos el tiempo para lograrlo.

3. Focalizarse, aumentar la concentración.

el-examen-parte-iiHay que tratar de evitar todo tipo de distracciones en las semanas previas a un examen final. Hacer todo lo posible para que nuestra cabecita se concentre lo mejor posible en los temas que vamos a rendir, sin estar pendientes de situaciones triviales que puedan distraernos. Si la fecha para rendir es este lunes, y justo el sábado anterior toca tu banda favorita, es mejor pensarlo dos veces y dejar los festejos para después del examen, que seguramente se disfrutarán el doble.

4. Estudiar en grupo.

Siempre es peor solo que bien acompañado 😉 Acá invertí el refrán popular. Si uno tiene un buen grupo de estudio los resultados son mucho mejores. Compartimos información, fechas, horarios. Uno copia y el otro redacta. Si alguno del grupo entiende mejor un tema puede hacer de profesor y todos repasan el tema, después al revés. En definitiva, estudiar en grupo es sinónimo de colaboración. Además, el mate sólo no es lo mismo que con tus amigos 🙂

5. Tener buena onda con los profesores y ayudantes.

Simple pero efectivo. No se compliquen la vida: hagan buenas migas con sus profesores, por más inbancables que sean, total todo pasa en la vida, los profesores también. Y las notas quedan 😉

6. No desesperar, muchas veces la inspiración llega en el momento menos esperado.

A veces nos trabamos en un párrafo y nuestra mente queda en blanco, parece que no nos entra nada más, ni una sóla fórmula o definición. No hay que ponerse mal, en esos momentos es mejor tomarse un descanso y seguir más tarde. Un paseo por el parque, por una plaza, caminar por las calles sin rumbo fijo, mirar un rato de tele, etc. Seguramente después de un pequeño descanzo encontremos el impulso y la inspiración que nos estaban sacando tantas horas de estudio.

7. No copiarse ni hacer trampa.

Todos hemos cometido el error de querer copiarnos en algún momento, confiesenlo. Puede que en alguna oportunidad estas prácticas te saquen de un apuro, pero es solo cuestión de tiempo para que un tramposo termine cayendo en su propia trampa: creerse que el estudio se «zafa» con machetes. Para aprender hay que estudiar; y para conservar la calma y los nervios, no hacer pavadas. Más de una vez lleva más tiempo hacer un machete que estudiar un poco, y encima te queda para siempre 😉

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¿Y ustedes? ¿Tienen algún consejo que nos pueda servir? Los invito a compartirlos!