Los edificios de estudiantes

edificioimagen: tuexperto.com

Si bien no me ha tocado nunca vivir en un típico edificio de estudiantes (esos que rebalsan de departamentos de adolescentes y con música bien fuerte), en mis primeros años de universidad he tenido varios amigos que si, y las anécdotas de esos años son varias.

Sin embargo, no se trata de anécdotas este post sino más bien de los personajes que habitan esas residencias estudiantiles, cada uno con su propio mundo e idiosincrasia. Hagamos una lista pues, de estos inefables e infaltables compañeros de aventuras.

El Nerd

nerdNormalmente uno se da cuenta de que existe luego de varios meses de iniciado el período de clases, ya que no suele salir mucho del departamento. Usa zapatos, jeans (perdón, «vaqueros») que parecen del abuelo, y alguna camisa gastada a cuadritos con el infaltable kit de las lapiceras en el bolsillo (de cuero, por supuesto). Personaje ideal para empezar a frecuentar una semana antes de los parciales, suelen caer rendidos con frases como «che, te diste cuenta que la del quinto te mira con ganas?», y si responde que no, nos estará dejando la mesa servida para endulzarle los oídos (y aprovechar sus habilidades nerdísticas).

La bomba sexie

Tremendo minón que no se sabe bien que estudia pero que a nadie le interesa tampoco. Suele tener alguna amiga bien fea, como para compensar tanta belleza. Y para que alguien le haga los prácticos, of course. A pesar de estar requete buena ya conoce la mitad de los dormitorios de los chicos del barrio, y se ha ganado mala fama entre las chicas. Si algún amigo del grupete nuestro consiguió tener una noche exitosa con la señorita en cuestión pasa de la categoría de «amigo de los mucha» a «campeón o titán de la vecindad». Obviamente la fama dura hasta que vemos a la bomba sexie caminando de la mano del dueño del cyber de abajo.

El Fumanchín

fumanchinTambién conocido como «buena onda», «todo me resbala» o «Marley» (pero no el de Telefe). Personaje bastante querido por la mayoría del edificio por lo inofensivo, aunque mirado con desprecio por aquellos que vinieron «a estudiar en serio». Suele recibir en su casa a todo el mundo, aunque a veces no sabe discriminar con criterio y termina recibiendo a cualquier cachibache. Las fiestas más locas son en su depto, y alguna que otra vez le ha caído la policía pidiendo que baje la música. Suelen estudiar alguna carrera sencilla (aunque los hay en TODAS las carreras) y no son muy amigos de las responsabilidades. Les encantan las gorras tejidas con colores de Jamaica y suelen ser muy buenos amigos.

La vieja del 3A

angry-old-womanInfaltable. La pobre está desubicada como alpargata arriba del piano. Seguramente viviendo en el barrio porque algún hijo despiadado quiso comprarle un departamentito bien lejos de su joven familia, y la vieja cayó de la nada creyendo encontrar algún vecino amable que le haga compañía. Pero no, cayó en un edificio de estudiantes y se la pasa renegando. Eso si, como buena vieja cabrona vocifera contra el primer estudiante que intente hacer el más mínimo ruido, condición que no la hace muy popular en el edificio. Enemiga declarada del fumanchín, a quién tilda de «drogadito», sin pronunciar la c.

El gordito simpaticón

Sentado varias horas por día en el cyber de abajo del edificio, suele grabar películas piratas a mansalva y es un excelente jugador de juegos en red. Buen cebador de mate, siempre aparece cuando estás cocinando ese pollito con papas que hace quince días que querés hacer. Buen amigo también, cuando ya estás convencido de que no sale ni a a la esquina, una buena noche después de varias copas te confiesa que es un cabaretero de aquellos y pasa a relatar vida y obra de todas las profesionales de la noche. A partir de ese momento el gordi sube unos puntines en el grupete de amigos.

La Portera chusma y mala onda

Le toca limpiar más de un vómito en los fines de semana, y si llegás con alguna compañía sospechosa el sábado por la madrugada seguro que te delata con el resto del barrio. lo peor que te puede pasar es que se haga maiga de tus viejos: ahí si que dedicate a estudiar, porque te volverás a tu pueblo más rápido de lo pensado. O sino, en el mejor de los casos, la portera te tendrá amezado con botonearte con tu madre y no podrás hacer esas festicholas que tanto le gustan a tus amigotes.

La lista es mucho más amplia y seguramente ustedes conocerán varios personajes más, pero no quería dejar de mencionar algunos. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Bueno, un poco nomás 😉

¿Se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo?

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Ayer tuve que rendir un examen parcial en la Universidad para una materia relativamente sencilla de mi carrera, de esas que se supone que uno tiene que cursar sin demasiadas complicaciones.

Sin embargo, y a pesar de que había conseguido un aplazamiento en la fecha del examen, llegué apenas con lo justo y a las corridas a preparar todo el contenido del parcial, debido a que últimamente he tenido unas semanas cargadas de trabajo y otras obligaciones.

Por eso, al salir del examen, cansado y caminando hacia mi casa, me surgió la nefasta pregunta: ¿es posible estudiar y trabajar al mismo tiempo? ¿se puede hacer frente a todas las responsabilidades que implica tener un trabajo de tiempo completo y a la vez terminar una carrera universitaria de alta exigencia?

Cada vez conozco más gente que realiza las dos actividades a la vez. Sabido es que la situación económica general nos obliga a la mayoría de nosotros a tener que pensar en muchas ocasiones en conseguir maneras de generar ingresos por nuestra cuenta.

Ni hablar si ya pasaste la barrera de los 25 y todavía seguís con materias pendientes en la universidad. Esta conyuntura general ha obligado a muchas universidades y facultades a revisar sus esquemas de horarios, permitiendo así que aquellos que trabajan puedan cursar en turnos nocturnos u horarios alternativos. Aún así, se hace difícil.

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Tal vez esta sea una de las claves más importantes por la cual la educación en nuestro país tiene que seguir siendo pública y gratuita: si no te permitieran cierta flexibilidad en el cursado de las materias (llámese atrasarse en la carrera o elegir que materias hacer) sería imposible poder trabajar. Y esto en una universidad privada no se da.

De todas manera, me parece que la situación no es sencilla. ¿Hay muchos casos exitosos de gente que estudie y trabaje? ¿o es un porcentaje muy pequeño? Y cuantas personas hay que ya son padres y aún así lo siguen intentando con los estudios.

Tal vez sea necesario en un futuro no muy lejano algunos cambios en nuestra sociedad, que permitan que aquellos que se esfuerzan por construir una futuro más sólido en sus vidas, sean los que tienen todas las posibilidades al alcance de la mano; y no como a veces nos da la sensación, las aprovechen los que menos se las merecen.