Un ejemplo educativo: Estudiantes universitarios trabajan para insertar a jóvenes de bajos recursos en la Universidad

P.U.- Un grupo de alumnos universitarios trabajó durante 2009 en el barrio “9 de Noviembre”, un sector de bajos recursos de la ciudad de Bahía Blanca, para motivar a los jóvenes a que terminen el secundario e ingresen a la educación superior. Gracias a esta iniciativa, veinte jóvenes de ese lugar se encuentran transitando aulas universitarias, una posibilidad insospechada para ellos apenas meses atrás.

“La idea surgió al analizar un trabajo de la licenciada Elda Monetti (docente de la UNS) en el que se analiza la composición del estudiantado universitario. Ahí vimos que hay sectores sociales que paulatinamente van quedando afuera de la educación superior”, explica el médico Pedro Silberman, secretario general de Bienestar Universitario dela UNS y docente de la carrera de Medicina.

Luego de algunos análisis demográficos se eligió al barrio mencionado, y a partir de ahí el programa se basó en la detección –junto a la gente de la Sociedad de Fomento- de los chicos del sector que estuvieran terminando la educación media. Así, se conformó un grupo de veinte jóvenes interesados.

Con alumnos avanzados de varias carreras universitarias se les dio apoyo durante ese último año para que puedan terminar sus estudios, e incluso aprobar las previas de años anteriores. También, para prepararlos para el examen de diagnóstico de diciembre. A eso se le sumó el apoyo con becas de transporte y fotocopias. “Muchos de ellos ya estaban trabajando, y tenían materias previas. Nos encontramos con que ni siquiera tenían motivación para rendirlas y terminar el secundario. A partir del trabajo conjunto las sacaron, y rindieron el ingreso”, cuenta Silberman

Según destaca el médico, se trabajó también a nivel familiar con los padres. “A ellos nunca se les hubiera ocurrido que sus hijos pudieran estudiar en la universidad, porque no es una opción para quienes -por su realidad económica- viven sólo en lo inmediato. Hay que tener en cuenta que provienen de varias generaciones excluidas de la posibilidad de recibir educación superior. Por otro lado, hay muchos estudios que demuestran que la brecha ha generado que son muy pocos los profesionales que una vez recibidos van a trabajar a esos sectores. Por eso, por ejemplo, hay carencia de médicos, enfermeros, y otros. Una de las soluciones es promover que chicos de esos mismos sectores estudien, porque tienen más compromiso con su lugar de origen”.

Sobre la sostenibilidad del proyecto, el docente aclara que el “contrato” que se hace con los padres y los beneficiarios es que este apoyo que ellos recibieron lo tienen que dar durante este año a quienes están terminando la escuela media, para que puedan ingresar en 2011. “Así queremos generar una cadena y poder comenzar a trabajar en otros barrios”. A partir del segundo cuatrimestre de este año van a participar también docentes universitarios de las clases de apoyo.

“¡Conocí la Universidad! ¡Para mí eso ya era inalcanzable!”, dice Sergio Torres. Durante 2009, además de brindar apoyo académico, se realizaron visitas a los Departamentos de la UNS para que los chicos del barrio conozcan las aulas, los laboratorios y a los profesores, y así decidan qué carreras estudiar.

La coordinadora es Verónica Herrero, alumna de la carrera de Medicina, y participan otros seis estudiantes de varias carreras más. Los estudiantes trabajaban básicamente con los interesados, y Silberman con los padres, a quien se sumó en una oportunidad el rector, doctor Guillermo Crapiste. Nilda Roldán, presidenta de la Sociedad de Fomento, cuenta que tuvieron que salir casa por casa a buscar a los chicos. “No sabíamos cuántos había, pero como nos enganchamos con el proyecto salimos a caminar el barrio, a hablar con ellos, con los papás… al principio fue difícil, pero que venga el Rector a hablar con ellos fue muy importante”

“Yo más de una vez pensé en estudiar Medicina, o Enfermería, pero no se podía porque los números no daban. Esto es muy lindo, porque se puede empezar a pensar en darle algo distinto a tus hijos”, dice Juana, una de las interesadas.

“La universidad es gratis, pero tenés que tener la panza llena, movilidad… tenés que tener un montón de cosas para ir a estudiar. Porque, por más facilidad que tengas, si tenés que trabajar todo el día para mantener la casa, no podés. Y encima, los chicos de acá ya tienen la idea de que la universidad es para cierto tipo de gente, no para nosotros”, dice Ana, suegra de Priscilla, ingresante a Enfermería.

“Para la economía de los que estamos acá en el barrio es inalcanzable… Los papás no pueden mantener siete chicos y que uno vaya a la universidad. Acá, cuando hay muchos nenes chiquitos, el que ya terminó noveno va a trabajar”, dice Marisol, la vicepresidenta de la Sociedad de Fomento. Según cuenta Silberman, está planificada la asistencia económica por parte de la UNS una vez que se encuentren cursando las materias del primer cuatrimestre.

Un grupo de alumnos universitarios trabajó durante 2009 en el barrio “9 de Noviembre”, un sector de bajos recursos de la ciudad de Bahía Blanca, para motivar a los jóvenes a que terminen el secundario e ingresen a la educación superior. Gracias a esta iniciativa, veinte jóvenes de ese lugar se encuentran transitando aulas universitarias, una posibilidad insospechada para ellos apenas meses atrás.

“La idea surgió al analizar un trabajo de la licenciada Elda Monetti (docente de la UNS) en el que se analiza la composición del estudiantado universitario. Ahí vimos que hay sectores sociales que paulatinamente van quedando afuera de la educación superior”, explica el médico Pedro Silberman, secretario general de Bienestar Universitario dela UNS y docente de la carrera de Medicina.

Luego de algunos análisis demográficos se eligió al barrio mencionado, y a partir de ahí el programa se basó en la detección –junto a la gente de la Sociedad de Fomento- de los chicos del sector queestuvieran terminando la educación media. Así, se conformó un grupo de veinte jóvenes interesados.

Con alumnos avanzados de varias carreras universitarias se les dio apoyo durante ese último año para que puedan terminar sus estudios, e inclusoaprobar las previas de años anteriores. También, para prepararlos para el examen de diagnóstico de diciembre. A eso se le sumó el apoyo con becas de transporte y fotocopias. “Muchos de ellos ya estaban trabajando, y tenían materias previas. Nos encontramos con que ni siquiera tenían motivación para rendirlas y terminar el secundario. A partir del trabajo conjunto las sacaron, y rindieron el ingreso”, cuenta Silberman

Según destaca el médico, se trabajó también a nivel familiar con los padres. “A ellos nunca se les hubiera ocurrido que sus hijos pudieran estudiar en la universidad, porque no es una opción para quienes -por su realidad económica- viven sólo en lo inmediato. Hay que tener en cuenta que provienen de varias generaciones excluidas de la posibilidad de recibir educación superior. Por otro lado, hay muchos estudios que demuestran que la brecha ha generado que son muy pocos los profesionales que una vez recibidos van a trabajar a esos sectores. Por eso, por ejemplo, haycarencia de médicos, enfermeros, y otros. Una de las soluciones es promover que chicos de esos mismos sectores estudien, porque tienen más compromiso con su lugar de origen”.

Sobre la sostenibilidad del proyecto, el docente aclara que el “contrato” que se hace con los padres y los beneficiarios es que este apoyo que ellos recibieron lo tienen que dar durante este año a quienes están terminando la escuela media, para que puedan ingresar en 2011. “Así queremos generar una cadena y poder comenzar a trabajar en otros barrios”. A partir del segundo cuatrimestre de este año van a participar también docentes universitarios de las clases de apoyo.

“¡Conocí la Universidad! ¡Para mí eso ya era inalcanzable!”, dice Sergio Torres. Durante 2009, además de brindar apoyo académico, se realizaron visitas a los Departamentos de la UNS para que los chicos del barrio conozcan las aulas, los laboratorios y a los profesores, y así decidan qué carreras estudiar.

La coordinadora es Verónica Herrero, alumna de la carrera de Medicina, y participan otros seis estudiantes de varias carreras más. Los estudiantes trabajaban básicamente con los interesados, y Silberman con los padres, a quien se sumó en una oportunidad el rector, doctorGuillermo Crapiste. Nilda Roldán, presidenta de la Sociedad de Fomento, cuenta que tuvieron que salir casa por casa a buscar a los chicos. “No sabíamos cuántos había, pero como nos enganchamos con el proyecto salimos a caminar el barrio, a hablar con ellos, con los papás… al principio fue difícil, pero que venga el Rector a hablar con ellos fue muy importante”

“Yo más de una vez pensé en estudiar Medicina, o Enfermería, pero no se podía porque los números no daban. Esto es muy lindo, porque se puede empezar a pensar en darle algo distinto a tus hijos”, dice Juana, una de las interesadas.

“La universidad es gratis, pero tenés que tener la panza llena, movilidad… tenés que tener un montón de cosas para ir a estudiar. Porque, por más facilidad que tengas, si tenés que trabajar todo el día para mantener la casa, no podés. Y encima, los chicos de acá ya tienen la idea de que la universidad es para cierto tipo de gente, no para nosotros”, dice Ana, suegra de Priscilla, ingresante a Enfermería.

“Para la economía de los que estamos acá en el barrio es inalcanzable… Los papás no pueden mantener siete chicos y que uno vaya a la universidad. Acá, cuando hay muchos nenes chiquitos, el que ya terminó noveno va a trabajar”, dice Marisol, la vicepresidenta de la Sociedad de Fomento. Según cuenta Silberman, está planificada la asistencia económica por parte de la UNS una vez que se encuentren cursando las materias del primer cuatrimestre.