Maldita Vocación

Cuántas veces escuchamos, en el momento de pensar cómo continuamos nuestros estudios al término del colegio secundario, esa palabra…VOCACION. Y automáticamente nos envolvió una intensa desorientación acompañada por un desfile de ideas e interrogantes que no resultaron correspondidos por una inmediata respuesta: “¿Y yo vocación de qué tengo? ¿Cómo hago para estudiar lo correcto? ¿Sirven los test vocacionales? Todos saben claramente que van a estudiar, y yo?! Y yo…voy a estudiar?!»

Toda una presión tener que tener vocación de algo…Ya en los últimos tramos de sus estudios secundarios muchos adolescentes se “pierden” queriendo resolver cómo y en base a qué elegir una carrera. Y lo cierto es que no es tarea sencilla, aunque muchas veces se plantee, incluso desde ámbitos educativos, como solución responder, por ejemplo, a algunos “test vocacionales”.

Muchos jóvenes utilizan únicamente estos métodos y se sienten frustrados a la hora de obtener los resultados. Y es que muchas veces intentan calmar más la ansiedad de los padres, que responder al deseo de los verdaderos protagonistas.

Nuestra subjetividad tiene que ver con el Otro, y “el deseo es el deseo del Otro” cómo plantea el psicoanálisis. Nuestro mundo simbólico está atravesado por el Otro, por los padres, por ejemplo, por el lenguaje. Cómo saber si lo que voy a estudiar tiene que ver con mi deseo o con la carrera que “mi abuelo paterno dejó por la mitad…?” O con la carrera que hubiese estudiado “mi madre si su situación económica se lo hubiese permitido…?” O con “estudiar algo pronto y corto para mantener con un trabajo seguro a mi familia?»… ¡Que difícil!

Lo importante, por lo tanto, es saber que esta búsqueda genera angustia, porque la angustia tiene que ver con la falta de respuesta frente a algo, y esto es lo que habitualmente sucede. Sabemos entonces que no va a ser una decisión sencilla y muchas veces con más “vueltas” de las que nos hubiese gustado. Lo importante es tomarse un tiempo, preguntar, escuchar otras experiencias, teniendo en cuenta que la nuestra es única. Olvidarnos de las “presiones” y ansiedades familiares. Tener en cuenta nuestro deseo, y fundamentalmente no pensar en la Vocación…

Lic. Gilda Palmieri

M N° 40233